lunes, 18 de mayo de 2009

IV LECTURAS:

La Nueva Visión de los Comités de Seguridad y Salud Laboral en las Empresas Venezolanas
En Venezuela, hay muy poca cultura de prevención en cuanto a la seguridad y salud laboral, motivo por lo cual las empresas y los trabajadores requieren la asesoría de expertos con el fin de disminuir riesgos y condiciones laborales inseguras. En atención a los nuevos cambios se hace imprescindible que los espacios o ambientes de trabajo, garanticen el desarrollo físico y mental de la masa trabajadora, para que la función social de trabajar no sea una carga para sus ejecutantes, sino que, por el contrario, permita la utilización del tiempo libre y descanso en beneficio del trabajador, permitiéndole poder desarrollarse intelectualmente, y cada día poder regresar sanamente a sus hogares después de una agradable jornada laboral cumplida con los valores de seguridad establecido en la LOPCYMAT.
Con la creación de los Comité de Seguridad y Salud Laboral, se permitirá entrenar a los trabajadores Para que ellos mismos autogestionen las mejores condiciones físicas, ambientales, de seguridad y Salud en diversas aéreas laborales. La intención es que identifiquen potenciales situaciones riesgosas y de peligros inminentes y así disminuir la cifra tan considerable de accidentes laborales y Enfermedades ocupacionales que suceden anualmente.
Es necesario destacar que si la decisión del empleador o de la empleadora, es negarse a la adopción de las medidas propuestas por el delegado o delegada de prevención deberá ser motivada, es decir, debe justificar porque razón considera que no es viable las medidas planteadas por el delegado en beneficio de la seguridad y salud laboral de los trabajadores de la empresa, según lo establecido en el Artículo
43 de la LOPCYMAT.
Se desprende de las normas transcritas que los delegados de prevención, son trabajadores de la empresa, que deben estar bien capacitados no sólo sobre los aspectos básicos acerca de cuáles son sus atribuciones y facultades, sino también en el manejo de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, así como adquirir conocimientos básicos-técnicos de áreas de explotación de la compaña donde se desempeña.
http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/25153/2/articulo2.pdf

sábado, 9 de mayo de 2009

III Lecturas:

LA PRECARIEDAD LABORAL Y SU INCIDENCIA EN LAS POLITICAS SOCIALES DE LA V REPUBLICA: UNA MIRADA ESPECIAL A LAS MISIONES
La precarización laboral observada en la región, abarca formas de inserción/relación laboral disímiles y heterogéneas caracterizado desde un aspecto económico jurídico por empleos de bajos ingresos, con reducción del salario o de horas de trabajo y reducción o pérdida de beneficios sociales adquiridos. En el último reporte de la OIT en el año 2002 sobre el sector informal, describen que sólo el 20 por ciento de todos los trabajadores mundiales tienen verdaderamente una protección social adecuada y más de la mitad de los trabajadores mundiales y sus dependientes son excluidos de algún tipo de protección de la seguridad social formal.
En este sentido, el fenómeno de la precariedad laboral abarca mucho más que la desprotección del empleo. El mismo, también pudiera estar asociado a desmejoras en las condiciones salariales y de trabajo, ante situaciones como opina Tissera (2004:1) de exclusión y vulnerabilidad creciente en que se encuentran los trabajadores, luego de las transformaciones económicas, políticas y sociales ocurridas a partir del ajuste económico implementado en los países de la región desde la década de los ochenta y que implicó un cambio profundo en la concepción y representación de la relación/inserción laboral, que impactó notoriamente en la dinámica que asume en la actualidad el mercado laboral.
La corriente en la región latinoamericana, propende a una evidente informalización y precarización del empleo, con contratos de trabajo que no cumplen con la normatividad laboral y los trabajadores que prestan sus servicios calificables como subordinados y dependientes están fuera de protección social o provisional.
En Venezuela, al igual que en muchos países de la región se evidencian notas de precariedad, al observarse trabajadores que prestan sus servicios sin ninguna regulación normativa y desprovistos de seguridad social. Igualmente, los escasos salarios por debajo del mínimo legal y los niveles educativos ponen al trabajo independiente en fuerte relación con la desocupación. Sin embargo, el aumento progresivo que la informalidad y la desocupación abierta ha registrado en el país en las última décadas y la más alta según la OIT de Latinoamérica, ha conducido a los gobiernos de turno,
a implementar medidas contundentes en aras de crear fuentes de empleo que permitan la reactivación del aparato productivo, sobre todo en el sector formal (público/privado), que muestra signos de agotamiento y desinversión, ante la reducción progresiva del ingreso económico, el ajuste fiscal y la reforma laboral, lo cual estimula a las empresas a despedir personal y a informalizarse progresivamente (a través del traspaso de actividades propias de unas empresa a otras); en servicios de baja productividad.
Fuente: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/25064/2/articulo6.pdf

GESTIÓN DE EMPRESAS FAMILIARES: FACTOR CLAVE PARA EL DESARROLLO LOCAL


Las Empresas Familiares como factor clave para el desarrollo local en el contexto del Estado Mérida En este sentido, se identificaron actores y factores clave para el propósito del estudio: empresarios, gobierno, sus interacciones y los roles que desempeñan en este escenario, cuya delimitación emplea como criterio lo referido al estado Mérida, sin dejar de lado aspectos relacionados a la situación particular de Venezuela, vinculados a esta temática. Según Aydalot (1985), los procesos de desarrollo tienen tres rasgos fundamentales: Rasgos de carácter instrumental, Rasgos de carácter estratégico, Rasgos de carácter operativo, Especialmente, los rasgos a los que Aydalot llama de carácter instrumental, son los relacionados con la gestión empresarial. El empresario, en este caso, desempeña un rol determinante, pues la forma como gestiona su empresa incide en el proceso de cambio, y su capacidad innovadora se convierte en el punto de apoyo para el proceso de desarrollo, sin olvidar que sus empresas forman parte de sistemas productivos firmemente integrados a la sociedad local, lo cual hace referencia a los rasgos de carácter estratégico.
Aún cuando se entiende que la contribución de la actividad empresarial no es el único elemento en este proceso, sí constituye un factor dinamizador de las mejoras en la calidad de vida de los países, desde el ámbito local hacia el nacional; es decir, de adentro hacia afuera. En consecuencia, el factor clave es cómo conseguir que las economías locales estén más integradas en la economía internacional y cómo lograr que sus sistemas productivos sean más competitivos, de tal forma que las empresas puedan aprovechar las oportunidades que surgen como consecuencia de los cambios del entorno y del aumento de la competencia.

II Lecturas:

EL MOVIMIENTO SINDICAL ANTE LAS NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO
En la medida en que el hecho de producir bienes y servicios atiende a las complejidades de una competencia internacional y nacional cada vez más intensa, la forma de organizar la producción se convierte en un asunto que apunta a revisar las estrategias tradicionales. Derivado de la organización de la producción, se lleva a cabo la organización del trabajo. Esta implica el uso y la disposición de una fuerza laboral que si bien está cada vez mejor preparada en términos de formación escolarizada, también está inmersa en el funcionamiento de procesos productivos organizativos que colocan en manos del capital la preeminencia de las decisiones.
En tanto la empresa es un ente organizacional, que integra y colectiviza los aportes de la fuerza de trabajo al proceso de producir bienes y servicios, el trabajo por su parte contribuye desde una perspectiva individual, que nace de la necesidad de sobrevivencia, de reproducción, de satisfacción primaria. Desde la empresa, la gestión de recursos humanos, además de los fundamentales asuntos de alcanzar los objetivos trazados, se plantea hacer de las contribuciones de la fuerza de trabajo un asunto que implique la satisfacción y la convivencia de quienes comparten el espacio productivo o las operaciones bajo ese logotipo o entidad empresarial. Se deduce entonces que la empresa tiene objetivos que conllevan el diseño de una estructura en donde la fuerza de trabajo juega un papel central, ya que con ella se movilizan los recursos económicos que permiten el alcance de los objetivos. Los déficit de desigualdad en la distribución de los ingresos, de injusticia en el acceso a los recursos colectivos, han alimentado la tensión entre empresas exitosas y sociedades en crisis. La organización de los trabajadores, en primer lugar al conglomerar a los prestadores de servicios, los vendedores de la fuerza de trabajo, sintetiza las voces de muchos que individualmente serían mudos o emisores de sonidos casi imperceptibles. De la producción masiva fordista, que uniformó a los trabajadores descalificando el conocimiento integral de los artesanos, se pasa ahora a las nuevas formas de organización laboral. Si bien se promueve la polivalencia, ello ocurre sin proveer a los trabajadores cambios significativos en su estatus. Un obrero fabril o un oficinista en la década de los 50 podían aprender un trabajo y tener una seguridad razonable de que sus habilidades serían adecuadas para realizar sus tareas durante la mayor parte de su vida laboral. Esto ya no es verdad.

Fuente: http://www.nuso.org/upload/anexos/foro_294.pdf