lunes, 20 de abril de 2009

1ra.LECTURA: DETERMINANTES ESTRUCTURALES DE LA SOBREEXPLOTACIÓN DEL TRABAJO FEMENINO EN VENEZUELA

Barrios en su análisis acerca de la situación laboral de la mujer en Latinoamérica y específicamente en Venezuela expone que la profundización de la sobreexplotación de la mujer en las sociedades periféricas se debe a la aplicación de una economía de crecimiento hacia fuera, la cual ha tenido efectos dramáticos como los son: aumento del desempleo; deterioro de la calidad del empleo; descalabro del poder adquisitivo de los trabajadores y significativo crecimiento de la informalidad. Esto ha lleva a la población a soluciones superficiales como lo son la autogeneración de empleo; los trabajos parciales o precarios y la condición de despido. El deterioro del factor trabajo esta asociado a una drástica caída del salario real y una enorme disparidad de este con la cesta básica. Esta caída del ingreso ha forzado a las mujeres a buscar fuentes de ingreso para contrarrestar la disminución del poder adquisitivo de los sueldos reales, en el caso venezolano encontramos que la creciente incorporación de la mujer en el mercado laboral ha sido una de las mayores de la región. Barrios nos plantea además una agudización de la división sexual del trabajo y las contradicciones entre los sexos en este tipo de sociedades. El agravamiento de la discriminación de la mujer y el "descalabro" de los imaginarios colectivos feministas. La incorporación de la mujer en el trabajo es un hecho relativamente reciente, incluso en los países desarrollados. La mujer estaba condenada a las tareas o funciones femeninas asociadas al trabajo doméstico o labores de carácter asistencial. En el caso de la mujer latinoamericana su inclusión laboral ha estado condicionada por los modelos de desarrollo (hacia adentro y hacia fuera). En la fase de industrialización por sustitución de importaciones la presencia femenina era poco menos que relevante, las principales ocupaciones de las mujeres se ubicaban en el sector doméstico, ventas, textiles y pequeños talleres; mientras que en la fase de reestructuración productiva la mano de obra femenina se desplaza del sector productivo al terciario.
Desde el punto de vista laboral esto tiene sus consecuencias, culturalmente se forma un criterio de las profesiones y su remuneración, y obviamente, las tareas y profesiones que se consideran "femeninas", serán las peores remuneradas. Del mismo modo se genera una falsa conciencia en las mujeres, incluso en aquellas con nivel educativo quienes internalizan la cultura patriarcal. La sobreexplotación del género se entiende como un fenómeno estructural inherente a las características propias de una economía periférica que presenta un conjunto de desequilibrios en su mercado laboral. En este sentido, se aprecia además de una explotación clasista que recae sobre importantes sectores de la fuerza de trabajo, una explotación de género que se evidencia en las discrepancias hombre-mujer en el mercado de trabajo y que dan cuenta de una profunda división sexual del trabajo.
(Análisis realizado del texto de Barrios Graziani, Leticia)

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